Introducción
La base de datos Precios, Costes y Conversiones Monetarias (PCCC) incluye estadísticas sobre precios al consumo, costes laborales y factores de conversión monetaria, es decir, paridades de poder adquisitivo (PPA) y tipos de cambio.
Productividad laboral
Introducción
La productividad laboral es un importante indicador económico que está estrechamente relacionado con el crecimiento económico, la competitividad y el nivel de vida. La productividad laboral representa el volumen total de producción (medido en términos de Producto Interior Bruto, PIB) producido por unidad de trabajo (medido en términos de número de personas empleadas u horas trabajadas) durante un periodo de referencia temporal determinado. El indicador permite a los usuarios de los datos evaluar los niveles y las tasas de crecimiento de la relación entre el PIB y la mano de obra a lo largo del tiempo, proporcionando así información general sobre la eficiencia y la calidad del capital humano en el proceso de producción para un contexto económico y social determinado.
Dada su utilidad para transmitir información valiosa sobre la situación del mercado laboral de un país, el crecimiento de la productividad laboral fue uno de los indicadores seleccionados para medir el progreso hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM), en el marco del Objetivo 1 (Erradicar la pobreza y el hambre), y se incluye como uno de los indicadores para medir el progreso hacia la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), en el marco del Objetivo 8 (Promover el crecimiento económico sostenido, inclusivo y sostenible, la la ocupación plena y productiva y el trabajo decente para todos).1El indicador 8.2.1 de los ODS se refiere a la tasa de crecimiento anual del PIB real por persona empleada. Para consultar la lista oficial de indicadores de los ODS, haga clic aquí.
ILOSTAT presenta estimaciones y proyecciones de la OIT sobre la productividad del trabajo, tanto en términos de PIB por trabajador como de PIB por hora trabajada. Las medidas se convierten a dólares estadounidenses utilizando tipos de cambio o a paridades de poder adquisitivo (PPA).
Método de cálculo
Los indicadores de productividad laboral se calculan de la siguiente manera:
PIB por trabajador = PIB a precios constantes
Número de personas empleadas
PIB por hora trabajada = PIB a precios constantes
Total de horas trabajadas de los ocupados
Fuentes de datos
La información sobre la producción, medida como PIB, se obtiene mejor a partir de las cuentas nacionales de un país. Las encuestas de población activa suelen ser la fuente preferida de información sobre la ocupación (para utilizar en el denominador del indicador de productividad laboral). Dichas encuestas pueden diseñarse para cubrir prácticamente toda la población no institucional de un país determinado, todas las ramas de actividad económica, todos los sectores de la economía y todas las categorías de trabajadores, incluidos los autónomos, los trabajadores familiares auxiliares, los trabajadores ocasionales y los trabajadores con múltiples empleos. Además, estas encuestas suelen ofrecer la oportunidad de medir simultáneamente a los empleados, los desempleados y las personas que no forman parte de la población activa (y, por tanto, a la población en edad de trabajar) en un marco coherente.
También podrían utilizarse otros tipos de encuestas de hogares y censos de población como fuentes de la ocupación. Sin embargo, la información obtenida de estas fuentes puede ser menos fiable, ya que no suelen permitir sondear en detalle las actividades de los encuestados en el mercado laboral.
Interpretación y usos
El crecimiento económico de un país puede atribuirse o bien al aumento de la ocupación o bien a un trabajo más eficaz por parte de los que están empleados. Este último efecto puede describirse mediante estadísticas sobre la productividad laboral. La productividad laboral es, por tanto, una medida clave de los resultados económicos. La comprensión de las fuerzas que la impulsan, en particular la acumulación de maquinaria y equipo, las mejoras en la organización y en la infraestructura física e institucional, la mejora de la salud y las cualificaciones de los trabajadores ("capital humano") y la generación y adopción de nuevas tecnologías, es importante para formular políticas de apoyo al crecimiento económico. Dichas políticas pueden centrarse en la regulación de las industrias y el comercio, las innovaciones institucionales, los programas gubernamentales de inversión en infraestructuras, así como en capital humano, tecnología o cualquier combinación de estos elementos.
Las estimaciones de la productividad laboral pueden servir de apoyo para la formulación de políticas del mercado de trabajo y para el seguimiento de sus efectos. Por ejemplo, una productividad laboral elevada suele estar asociada a niveles altos o a determinados tipos de capital humano, lo que indica las prioridades de las políticas específicas de educación y formación. Asimismo, las tendencias de la productividad pueden utilizarse para comprender los efectos de los acuerdos salariales sobre las tasas de inflación o para garantizar que dichos acuerdos compensen a los trabajadores por las mejoras de la productividad. Por último, las medidas de productividad pueden contribuir a la comprensión de cómo los resultados del mercado laboral afectan a los niveles de vida.
Limitaciones
Las medidas de la producción nacional se obtienen de las cuentas nacionales y representan, en la medida de lo posible, el PIB a precios de mercado de la economía agregada. Sin embargo, a pesar de los principios comunes que se basan principalmente en el Sistema de Cuentas Nacionales de las Naciones Unidas, siguen existiendo importantes problemas de coherencia internacional de las estimaciones de las cuentas nacionales, en particular para las economías que no pertenecen a la OCDE. Entre los factores que afectan a la comparabilidad de los datos entre países se encuentran las diferencias en el tratamiento de la producción de los sectores de servicios, las diferencias en los procedimientos utilizados para corregir las medidas de la producción por las variaciones de los precios y las diferencias en el grado de cobertura de las actividades económicas informales y de la economía sumergida en las cuentas nacionales.
Las estimaciones de la ocupación corresponden, en la medida de lo posible, al número medio de personas con uno o más empleos remunerados durante el año. En muchos países, las estadísticas sobre el número de trabajadores autónomos y familiares en actividades agrícolas y manufactureras informales son menos fiables que las relativas a los asalariados. Como en el caso de las estimaciones de producción, las estimaciones de la ocupación son sensibles a la infracobertura de las actividades informales o clandestinas.
Precios al consumidor
Introducción
Los índices de precios de consumo (IPC) miden las variaciones en el tiempo del nivel de precios de los bienes y servicios que consumen los hogares. En muchos países, se introdujeron originalmente para proporcionar una medida de los cambios en los costes de vida a los que se enfrentan los trabajadores, de modo que los aumentos salariales pudieran relacionarse con los niveles cambiantes de los precios. Sin embargo, a lo largo de los años, los IPC han ampliado su alcance. Hoy en día, se utilizan ampliamente como indicador macroeconómico de la inflación, una estadística clave para los gobiernos y los bancos centrales para la fijación de objetivos de inflación y para el seguimiento de la estabilidad de los precios. También se utilizan como deflactores en las cuentas nacionales. Con la globalización del comercio y la producción y la liberalización de los mercados, los gobiernos nacionales, los bancos centrales y las organizaciones internacionales conceden gran importancia a la calidad y la precisión de los IPC nacionales, así como a su comparabilidad internacional.
Conceptos y definiciones
El índice de precios al consumo (IPC) mide la variación media en el tiempo de los precios de los bienes y servicios que consume un hogar típico, como los alimentos, las bebidas, el tabaco, la ropa, la vivienda, los combustibles, los electrodomésticos, el transporte, la sanidad y las telecomunicaciones. Esto puede hacerse midiendo el coste de la compra de una cesta fija de bienes y servicios de consumo de calidad constante y características similares, seleccionando los productos de la cesta para que sean representativos del gasto de los hogares durante un año u otro periodo determinado. Este índice se denomina índice de precios de cesta fija.
El índice también puede tener como objetivo medir los efectos de las variaciones de precios en el coste de alcanzar un nivel de vida constante (es decir, el nivel de utilidad o bienestar). Este concepto se denomina índice del coste de la vida (ICV). Un índice de precios de cesta fija, u otro diseño apropiado, puede emplearse como aproximación a un COLI.
El periodo de referencia del índice es el periodo en el que el valor del índice es igual a 100
El periodo de referencia de los precios es el periodo cuyos precios se comparan con los del periodo actual. Es el periodo cuyos precios aparecen en los denominadores de los parientes de los precios.
El periodo de referencia de la ponderación es el periodo, normalmente uno o más años, en el que los gastos sirven de ponderación para el índice. Cuando los gastos son híbridos (es decir, las cantidades de un periodo se valoran a los precios de otro periodo), el periodo de referencia de la ponderación es el periodo al que se refieren las cantidades.
Los datos del IPC en ILOSTAT están desagregados por la Clasificación del Consumo Individual según su Finalidad (COICOP).
Las normas estadísticas relacionadas con el IPC se describen en la Resolución relativa a los índices de precios al consumo. Para más detalles, consulte también el manual del IPC.
Método de cálculo
El IPC se construye como una media ponderada de un gran número de índices elementales agregados. Cada uno de los índices elementales agregados se estima a partir de una muestra de precios de un conjunto definido de bienes y servicios obtenidos en una región específica, o por sus residentes, en un conjunto determinado de puntos de venta u otras fuentes de bienes y servicios de consumo. Dados los múltiples usos del IPC, existen varias formas de construirlo.
El IPC puede construirse como un índice de precios de cesta fija en el que se controla la variación del precio de una cesta de bienes y servicios, representativa del patrón de consumo de un hogar durante un periodo de referencia.
El IPC también puede adoptar la forma de un índice del coste de la vida (ICV) en el que se miden los "efectos de las variaciones de los precios sobre el coste de alcanzar un nivel de vida constante (es decir, el nivel de utilidad o bienestar)". Como los precios de los distintos bienes y servicios no cambian todos al mismo ritmo, un índice de precios está diseñado para reflejar sus movimientos medios. A un índice de precios se le suele asignar un valor de 100 en un periodo base del índice seleccionado, y los valores del índice para otros periodos de tiempo pretenden proporcionar una estimación de la variación porcentual media de los precios en comparación con el periodo base.
Además del nivel del índice que muestra el cambio desde el periodo de referencia del índice, también es útil presentar índices derivados, como el que muestra los cambios en los principales agregados entre: (i) el mes actual y el mes anterior; (ii) el mes actual y el mismo mes del año anterior; y (iii) la media de los últimos 12 meses y la media de los 12 meses anteriores.
Los índices deben presentarse en términos desestacionalizados y no desestacionalizados.
Dado que pueden existir diferencias significativas en los patrones de gasto y/o en la evolución de los precios entre determinados grupos de población o regiones, especialmente en los países en desarrollo, pueden calcularse índices separados para estos grupos de población o regiones.
Interpretación y usos
Un IPC puede utilizarse para diversos fines, siendo los más comunes: la indexación de salarios, alquileres, contratos y pagos a la seguridad social; la deflación del gasto de consumo final de los hogares en las cuentas nacionales; y el uso como indicador macroeconómico general, especialmente para la fijación de objetivos de inflación y de tipos de interés. Los elementos de un IPC también se utilizan a menudo en el cálculo de las paridades de poder adquisitivo y en la extrapolación de las paridades de poder adquisitivo entre los años de referencia, como se exige en el Programa de Comparación Internacional (PCI). Los tres usos principales de los IPC se describen con más detalle a continuación.
Indexación
Un IPC puede utilizarse para la indexación salarial o contractual de cualquier grupo específico, ya sea de una población que adquiere productos o de un subconjunto de productos en sí. En cualquiera de los dos casos, debe representar la cobertura del grupo en cuestión. Por ejemplo, se puede argumentar que las ponderaciones de un IPC utilizado para la indexación de las pensiones deberían cubrir únicamente el gasto de la población de pensionistas. La lista de productos y puntos de venta también podría estar más adecuadamente orientada, si existen los datos. Esto significa, por ejemplo, que un IPC utilizado para la indexación de las pensiones puede utilizar ponderaciones relativas a los hogares de los pensionistas y puede excluir productos que pueden considerarse en gran medida irrelevantes para este grupo de hogares, como los artículos educativos. Del mismo modo, para la indexación doméstica, el IPC debería cubrir únicamente el gasto de la población residente. De forma más general, hay que decidir si el IPC debe ser, en principio, un índice del coste de la vida (ICV) o un índice del coste de los bienes, ya que ambos son conceptos muy diferentes.
Para ciertos tipos específicos de indexación, como los alquileres, los usuarios pueden preferir utilizar sólo el subíndice de alquileres. En tales casos, el subíndice debe tener una calidad estadística suficiente para ese fin.
Deflación de las cuentas nacionales
Esta utilización requiere la coherencia entre los datos de precios utilizados para el IPC y los datos de gastos utilizados en las cuentas nacionales. Ambos conjuntos de datos deben cubrir el mismo conjunto de bienes y servicios y utilizar los mismos conceptos y la misma clasificación, en principio la Clasificación del Consumo Individual según su Finalidad (COICOP). Por ejemplo, las cuentas nacionales exigen la valoración de los bienes producidos para el consumo propio, mientras que esto se excluye a veces del IPC, ya sea por principio o por razones pragmáticas. Esto se aplica principalmente a la valoración de los servicios de las viviendas ocupadas por sus propietarios y al consumo de alimentos producidos por ellos mismos.
Medición de la inflación
Se puede argumentar que los bancos centrales necesitan idealmente un índice oportuno relativo a la inflación total, no sólo a la inflación de los consumidores. Sin embargo, los INE no suelen ser capaces de elaborar tales índices, en parte debido a los problemas de medición relacionados con el consumo público. A falta de un índice de este tipo, la mayoría de los bancos centrales se basan en un IPC, utilizando el concepto nacional, pero medido sobre una base lo más amplia posible, tanto en lo que respecta a los productos como a la cobertura geográfica. Lo mismo ocurre con la utilización del IPC como indicador macroeconómico general.
Limitaciones
El IPC mide la evolución de los precios (es decir, las variaciones relativas) y no los niveles de precios absolutos. El IPC no es una medida completa que refleje todos los cambios de precios en una economía.
Los IPC regionales no pueden utilizarse para comparar las diferencias en los niveles de precios o el coste de la vida entre un lugar y otro, ya que sólo miden los cambios que se producen en cada lugar a lo largo del tiempo.
El IPC no mide el "coste de la vida" tal y como lo entiende la teoría económica sobre el comportamiento de los consumidores.
El IPC, como todas las demás estadísticas, puede estar sujeto a errores generales que pueden producirse durante cualquier etapa del proceso de estimación, pero también a errores que son exclusivos del IPC (por ejemplo, el sesgo de sustitución y el sesgo de cambio de calidad).
Costes laborales
Introducción
Los costes laborales proporcionan una estimación del gasto de los empleadores en la la ocupación de su mano de obra. Complementa a las estadísticas sobre ingresos porque reflejan las dos facetas principales de las medidas de ingresos existentes relacionadas con la ocupación: los ingresos pretenden medir los ingresos de los empleados, mientras que el coste laboral muestra los costes en los que incurren los empresarios por emplearlos.
ILOSTAT contiene una serie armonizada de costes laborales, con unidades de moneda local convertidas a una moneda común. Los datos se desglosan por actividad económica. ILOSTAT también incluye estadísticas estrechamente relacionadas: series armonizadas sobre ingresos y estimaciones modelizadas de la OIT sobre la participación de los ingresos laborales.
Conceptos y definiciones
El coste laboral es el coste soportado por el empleador en la ocupación de mano de obra en un periodo de referencia especificado. El concepto estadístico de coste laboral comprende la remuneración por el trabajo realizado, los pagos por el tiempo pagado pero no trabajado, las primas y gratificaciones, el coste de la comida, la bebida y otros pagos en especie, el coste de la vivienda de los trabajadores a cargo de los empleadores, los gastos de seguridad social de los empleadores, el coste para el empleador de la formación profesional, los servicios de bienestar y los elementos varios, como el transporte de los trabajadores, la ropa de trabajo y la contratación, junto con los impuestos considerados coste laboral.
El coste laboral y la remuneración de los asalariados son conceptos estrechamente relacionados, con muchos elementos comunes. En algunos casos, cuando no se dispone de datos sobre el coste laboral, ILOSTAT presenta datos sobre la remuneración de los asalariados, concepto definido en el Sistema de Cuentas Nacionales de las Naciones Unidas como la remuneración total, en metálico o en especie, pagadera por una empresa a un asalariado a cambio del trabajo realizado por éste durante el período contable. La remuneración de los asalariados tiene dos componentes principales: a) los sueldos y salarios pagaderos en efectivo o en especie y b) las cotizaciones a la seguridad social pagaderas por los empleadores, que incluyen las cotizaciones a los regímenes de seguridad social; las cotizaciones sociales efectivas a otros regímenes de seguridad social relacionados con la ocupación y las cotizaciones sociales imputadas a otros regímenes de seguridad social relacionados con la ocupación. Este concepto considera la remuneración de los asalariados como un coste para el empleador, por lo que la remuneración es igual a cero para el trabajo no remunerado realizado voluntariamente. Sin embargo, no incluye los impuestos que deben pagar los empresarios sobre la masa salarial, como el impuesto sobre nóminas.
Las series armonizadas presentan los datos en moneda local junto a los convertidos a una moneda común. Las unidades en moneda local se convierten a dólares estadounidenses utilizando los tipos de cambio del mercado y también utilizando las últimas paridades de poder adquisitivo (PPA) disponibles. Las PPA son los tipos de conversión de divisas que igualan el poder adquisitivo de las distintas monedas eliminando las diferencias en los niveles de precios entre países.
Fuentes de datos
Las fuentes de información preferidas sobre el coste de la mano de obra son las encuestas sobre los establecimientos y el coste de la mano de obra, pero en su ausencia se pueden utilizar datos administrativos.
Interpretación y usos
La información sobre los costes de remuneración por hora, al igual que el coste laboral total, es valiosa para muchos fines. El nivel y la estructura del coste de emplear mano de obra y la forma en que los costes cambian con el tiempo pueden desempeñar un papel fundamental en todos los países, no sólo para las negociaciones salariales, sino también para definir, aplicar y evaluar la ocupación, las políticas salariales y otras políticas sociales y fiscales dirigidas a la distribución y redistribución de la renta. Tanto a escala nacional como internacional, los costes laborales son un factor crucial para la capacidad de competir de las empresas y los países. Cuando son específicos del sector manufacturero, los costes laborales sirven de indicador de la competitividad de los productos manufacturados en el comercio mundial. Por ello, los gobiernos y los interlocutores sociales, así como los investigadores y las instituciones nacionales e internacionales, están interesados en disponer de información sobre los costes laborales que pueda compararse entre países e industrias. Asimismo, la medición y el análisis de los costes laborales no salariales se han convertido en una cuestión importante en los debates sobre la flexibilidad del mercado laboral, las políticas de la ocupación , los análisis de las disparidades de costes y las comparaciones de los niveles de productividad entre países.
Limitaciones
Hay que tener cuidado de no interpretar los costes de remuneración por hora como el equivalente del poder adquisitivo de los ingresos de los trabajadores, por dos razones. La primera está relacionada con los componentes y la naturaleza de los costes laborales. Además de los pagos efectuados directamente a los trabajadores, el coste laboral incluye también otros costes a cargo del empresario. La segunda razón para diferenciar los costes laborales por hora del concepto de poder adquisitivo de los trabajadores radica en el hecho de que los precios de los bienes y servicios varían mucho entre países, y los tipos de cambio comerciales utilizados para convertir las cifras nacionales en una moneda única no indican las diferencias relativas de los precios.
Paridades de poder adquisitivo
Introducción
Un factor de conversión de paridad de poder adquisitivo (PPA) es un deflactor espacial de precios y un conversor de divisas que controla las diferencias de nivel de precios entre países, permitiendo así comparaciones de volumen del producto interior bruto (PIB) y sus componentes de gasto. El factor de conversión presentado en ILOSTAT se refiere al gasto en consumo final de los hogares. Se aplica a los ingresos y a los costes laborales para convertir las cifras nacionales en moneda nacional a una moneda común.
Conceptos y definiciones
Las PPA son tanto factores de conversión monetaria como índices de precios espaciales. Las PPA convierten distintas monedas en una moneda común y, en el proceso de conversión, igualan su poder adquisitivo controlando las diferencias en los niveles de precios entre países. Normalmente, los países de renta más alta tienen niveles de precios más altos, mientras que los países de renta más baja tienen niveles de precios más bajos (efecto Balassa-Samuelson). Las comparaciones entre países del PIB basadas en el tipo de cambio de mercado en sus componentes de gasto reflejan tanto las diferencias en la producción económica (volúmenes) como en los precios. Dadas las diferencias en los niveles de precios, el tamaño de los países con rentas más altas se infla, mientras que el de los países con rentas más bajas se deprime en la comparación. Las comparaciones entre países basadas en la PPA del PIB en sus componentes de gasto sólo reflejan diferencias en la producción económica (volumen), ya que las PPA controlan las diferencias de nivel de precios entre los países. Por lo tanto, la comparación refleja el tamaño real de los países.
La descripción del método de extrapolación está disponible en datahelpdesk.worldbank.org/knowledgebase/articles/665452-how-do-you-extrapolate-the-ppp-conversion-factors.
Para más información sobre las APP, consulte worldbank.org/en/programs/icp.
Fuentes de datos
El Programa de Comparación Internacional (PCI) del Banco Mundial calcula las PPA de los países del mundo. El PCI se lleva a cabo como una asociación mundial de países, organismos multilaterales y el mundo académico. La comparación más reciente del PCI de 2021 abarcó 176 países, incluidos 47 países de Eurostat-OCDE. Para los países que no han participado en las comparaciones del PCI, las PPA se imputan sobre la base de un modelo de regresión.
Interpretación y usos
Las PPA pueden utilizarse para convertir los datos de las cuentas nacionales, como el PIB y sus componentes de gasto, a una moneda común, eliminando al mismo tiempo el efecto de las diferencias de nivel de precios entre países. También pueden utilizarse para obtener índices de nivel de precios (IPP), la relación entre la PPA de un país y su tipo de cambio de mercado, para comparar directamente los niveles de precios entre países. Las PPA y los IPP y gastos reales (o ajustados a la PPA) a los que dan lugar permiten muchos usos, pero son especialmente valiosos para el trabajo empírico que implica comparaciones de consumo per cápita o niveles de PIB (u otros agregados del PIB) entre países y para la medición de la pobreza global y la desigualdad de ingresos global.
La amplitud y profundidad de los datos del PCI permite que sus casos de uso abarquen otras áreas de la economía, incluidos los análisis empíricos del crecimiento económico, la productividad y el comercio, e incluso más allá, por ejemplo, para ayudar a realizar un seguimiento de objetivos globales como los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU relacionados con la salud, la educación, la energía y las emisiones y el trabajo. Otras aplicaciones de los datos del PCI incluyen su uso en la construcción de índices, por ejemplo, medidas del coste de la vida. Los casos de uso pueden incluso extenderse al ámbito de la elaboración de políticas a todos los niveles (mundial, regional y nacional), dada la creciente importancia de la evaluación comparativa entre países, entre otras posibilidades.
Entre los usos recomendados de las APP se incluyen:
- Realizar comparaciones espaciales del PIB y sus componentes de gasto,
- Realizar comparaciones espaciales de los niveles de precios, y
- Agrupar los países por sus índices de volumen per cápita y de nivel de precios.
Los usos recomendados de las APP con limitaciones incluyen:
- Analizar los cambios a lo largo del tiempo del PIB per cápita relativo y de los precios relativos,
- Analizar la convergencia de precios,
- Realizar comparaciones espaciales del coste de la vida, y
- Utilizar las PPA calculadas para el PIB y sus componentes de gasto como deflactores de otros valores.
Limitaciones
Las estimaciones globales de la PPA proporcionadas por el PCO son elaboradas por la Oficina Global del PCO y las agencias regionales de implementación, basándose en los datos suministrados por los países participantes y de acuerdo con la metodología recomendada por el Grupo Técnico Asesor del PCO y aprobada por la Junta de Gobierno del PCO. Como tales, estos resultados no son producidos por los países participantes como parte de sus estadísticas oficiales nacionales.
No se recomienda el uso de APP:
- Como medida precisa para establecer clasificaciones estrictas de los países,
- Como medio para construir tasas de crecimiento nacional,
- Como medida para generar comparaciones de producción y productividad por sectores, como indicador de la infravaloración o sobrevaloración de las divisas, o
- Como tipo de cambio de equilibrio.
Tipos de cambio
Introducción
El tipo de cambio oficial se refiere al tipo de cambio determinado por las autoridades nacionales o al tipo determinado en el mercado de divisas legalmente autorizado. Se calcula como una media anual basada en medias mensuales (unidades de moneda local en relación con el dólar estadounidense).
Conceptos y definiciones
El tipo de cambio es el precio de una moneda en términos de otra. Los tipos de cambio oficiales y los acuerdos sobre tipos de cambio son establecidos por los gobiernos. Otros tipos de cambio reconocidos por los gobiernos incluyen los tipos de mercado, que se determinan en gran medida por las fuerzas legales del mercado, y para los países con múltiples acuerdos de cambio, los tipos principales, los tipos secundarios y los tipos terciarios.
Fuentes de datos
Los tipos de cambio proceden de la base de datos International Financial Statistics (IFS) del Fondo Monetario Internacional (FMI).
Interpretación y usos
En una economía de mercado, las decisiones de los hogares, los productores y los gobiernos sobre la asignación de recursos se ven influidas por los precios relativos, incluidos el tipo de cambio real, los salarios reales, los tipos de interés reales y otros precios de la economía. Los precios relativos también reflejan en gran medida las decisiones de estos agentes. Así pues, los precios relativos transmiten información vital sobre la interacción de los agentes económicos en una economía y con el resto del mundo.
Limitaciones
Los tipos de cambio oficiales o de mercado se utilizan a menudo para convertir las estadísticas económicas en monedas locales a una moneda común con el fin de hacer comparaciones entre países. Dado que los tipos de mercado reflejan, en el mejor de los casos, los precios relativos de los bienes comercializables, el volumen de bienes y servicios que compra un dólar estadounidense en Estados Unidos puede no corresponderse con lo que compraría en ese país un dólar estadounidense convertido a la moneda de otro país al tipo de cambio oficial, sobre todo cuando los bienes y servicios no comercializables representan una parte importante de la producción de un país. Se prefiere un tipo de cambio alternativo - el factor de conversión PPA - porque refleja las diferencias en los niveles de precios de los bienes y servicios comerciables y no comerciables y, por tanto, proporciona una comparación más significativa de la producción real.
Publicaciones
Nota: Muchas publicaciones sólo están disponibles en inglés. Si están disponibles en otros idiomas, se abrirá una nueva página en la que se mostrarán estas opciones.
Manual del Índice de Precios de Consumo: Conceptos y métodos | 2020
El manual ofrece una visión general de los métodos y las prácticas que los institutos nacionales de estadística deben tener en cuenta a la hora de tomar decisiones sobre cómo abordar los distintos problemas que plantea la elaboración de un índice de precios de consumo (IPC). Se trata de una actualización del manual del IPC de 2004.
COVID-19 Orientaciones para la recopilación de datos de estadísticas del trabajo: Índices de precios al consumo
La crisis del COVID-19 está afectando a las actividades de recopilación de datos de los institutos nacionales de estadística (INE) de todo el mundo, incluidos los índices de precios al consumo (IPC).
Manual del Índice de Precios de Consumo. Teoría y Práctica.
Este exhaustivo manual ofrece directrices para los institutos de estadística y otros organismos encargados de elaborar los IPC y explica en profundidad los métodos que se utilizan para calcular un IPC. También examina los conceptos y principios económicos y estadísticos subyacentes necesarios para tomar decisiones de manera eficiente y rentable y para apreciar todas las implicaciones de esas decisiones.
Manual de Índices de Precios de Inmuebles Residenciales (IPIR). Edición de 2013
Este manual ofrece directrices exhaustivas para la compilación de los IPIR y explica en profundidad los métodos y las mejores prácticas utilizados para calcular un IPIR. También examina los conceptos y principios económicos y estadísticos subyacentes que guían las opciones metodológicas en las que se basan los índices. El manual se dirige principalmente a los estadísticos oficiales encargados de elaborar RPPI, y proporciona un marco metodológico y práctico armonizado para todas las partes interesadas en su compilación. Escrito por destacados académicos en teoría de números índice y por reconocidos expertos en compilación de RPPI, este manual ha sido coordinado por Eurostat, con la colaboración de la OIT, el FMI, la OCDE, la CEPE y el Banco Mundial.
Fuentes y métodos Volumen 1: Índices de precios de consumo (2013)
El volumen 1 de Fuentes y métodos: Estadísticas laborales presenta descripciones metodológicas de las principales características de las series nacionales de índices de precios al consumo. La edición de 2003 es una versión revisada, ampliada y actualizada de la edición de 1992 y contiene descripciones para 169 países, zonas y territorios.