La tecnología ha afectado gravemente a la demanda de servicios postales. Al mismo tiempo, la ocupación en el sector sigue aumentando en la mayoría de los países, impulsado por el rápido crecimiento de las actividades de mensajería. Esta aparente contradicción apoya de hecho la idea de que, si bien el progreso tecnológico puede destruir puestos de trabajo y desplazar a los trabajadores, también puede crear más empleos, creando un efecto global positivo. De cara al futuro, la recualificación, el perfeccionamiento profesional y el apoyo para ayudar a los servicios postales a acelerar sus procesos de digitalización y diversificación serán fundamentales para fomentar la resiliencia y la adaptabilidad de los trabajadores y las empresas del sector.