Los trabajadores de mayor edad son los más desanimados en estos países

Australia y Chile, a 13.000 kilómetros de distancia, tienen una cosa en común: trabajadores mayores desanimados.

Australia encabeza una clasificación de 102 países con la mayor proporción de solicitantes de empleo desanimados de 65 años o más, según datos de ILOSTAT. Algo menos del 30% de los solicitantes de empleo de esa categoría de edad están desanimados. 

Le siguen Chile, Singapur y Guatemala, y, quizás de forma sorprendente, Finlandia, ya que tanto ésta como sus vecinos nórdicos son considerados generalmente como naciones con una buena calidad de vida, un alto nivel de educación y una fuerte red de seguridad social. Suecia también se encuentra entre los 10 primeros países, con un 21% de solicitantes de empleo de edad avanzada que se sienten desanimados.

Los demandantes de empleo desanimados se definen como personas que no forman parte de la población activa pero que quieren trabajar y están disponibles para hacerlo. No se clasifican como desempleados porque no buscan trabajo actualmente, porque creen que no tienen las cualificaciones adecuadas o porque piensan que no hay puestos de trabajo disponibles para ellos.

Vietnam y Japón también se encuentran entre los 10 primeros, con un 25% y un 24% respectivamente.

Estas cifras se enmarcan en un contexto de envejecimiento de la población mundial y, en consecuencia, la edad media de la población activa potencial está aumentando. Como la gente vive más tiempo, muchos se replantean la edad de jubilación, ya sea porque están más sanos o porque lo necesitan económicamente.

El 1 de octubre se celebra el Día Internacional de las Personas Mayores de las Naciones Unidas, un momento del año que se centra en las contribuciones de las personas mayores a la sociedad, al tiempo que sensibiliza sobre algunos de los retos a los que se enfrentan.

Se prevé que el número de personas de 65 años o más en el mundo se dispare en un 46% entre 2017 y 2030, superando a los jóvenes en una enorme transformación social. Estos datos de ILOSTAT ponen de manifiesto el aumento de sus necesidades en el mundo laboral, así como su potencial de contribución.

Los datos de ILOSTAT muestran que la proporción de personas mayores entre los desempleados es, en general, menor que entre los demandantes de empleo desanimados, lo que subraya la idea de que las personas mayores no ven surgir oportunidades.

Esto sugiere una reticencia de los empresarios a contratar trabajadores senior o casi senior, ya sea percibida o real. En el lado positivo, también revela una reserva de mano de obra con potencial para ser aprovechada, siempre y cuando las habilidades puedan corresponder a las vacantes o actualizarse para adaptarse a los trabajos del futuro.

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